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Manteniendo viva la magia en el matrimonio

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Con las crecientes responsabilidades, la vida suele volverse muy agitada. Niños, trabajo y llamamientos en la Iglesia van requiriendo cada vez más atención y muchas veces la relación del matrimonio inconscientemente va perdiendo lugar en la lista de prioridades. Pero hay que tener en cuenta que los niños crecen y se van, llega el retiro en el trabajo al igual que los relevos en los llamamientos eclesiásticos. Entonces, cuando más deberíamos disfrutar de la vida con nuestro cónyuge, nos encontramos con una realidad: que hemos descuidado peligrosamente nuestra vida matrimonial. Por tal motivo, es de suma importancia que demos una especial atención a mantener nuestra relación de pareja activa y divertida, algo que podremos lograr con pequeños detalles y sin descuidar nuestras otras responsabilidades, si es que nos lo proponemos. Para ello, una sugerencia para tener en cuenta:

Acuerden una noche a la semana para tener una cita como pareja. Es una de las mejores decisiones que uno puede tomar para mantener la magia en el matrimonio. Una noche a la semana reservada para el matrimonio. Si surge un compromiso inevitable, todavía se puede cambiar para otra noche. Estas citas no necesariamente tienen que significar gastos. Cuando hay niños pequeños, encontrar quien se quede con ellos puede ser un tema a resolver, pero seguramente hay familiares o amigos dispuestos a cuidarlos por algunas horas; se puede pedir ayuda a las mujeres jóvenes del barrio o combinar con otro matrimonio para intercambiar favores en el cuidado de los niños, para que ambos puedan disfrutar de la cita semanal. Uno puede cuidarlos el viernes y el otro el sábado. Si uno se lo propone, la solución aparecerá. Además, la salida no necesariamente tiene que durar muchas horas; lo que en verdad importa es la calidad que le demos a ese tiempo. Para ello conviene respetar algunas pocas reglas:

1.- Límite del 50% en la conversación sobre los niños. Mientras estemos en la cita, respetar esta regla es fundamental. Sólo un 50% del tiempo está permitido hablar sobre los niños. Puede ser un desafío muchas veces pero es importante cumplirlo. Hablemos de nuestros proyectos, eventos recientes, trabajo, metas, hobbies, películas, libros, etc. Cualquier tema en el 50% restante, menos hijos. Es importante sacarse los sombreros de ‘mamá’ y ‘papá’, y ponerse el de esposos.

2.- No caer en la rutina. Hay que ser creativo y no caer en hacer lo mismo cada semana.

3.- Recordar que se está en una cita. Puede ser que estar en shorts y pantuflas nos haga sentir más cómodos; que afeitarse, peinarse, maquillarse, y cualquier otra preparación para salir requiera algún esfuerzo, pero solamente hay que recordar cuanto uno cuidaba esos aspectos en la época de noviazgo para darle la importancia que tiene. Aunque nos hayamos casado, la cita conserva el nivel que tenía en aquellos años.

4.- Prohibido hablar de problemas. La cita no debe convertirse en una sesión de desahogo personal. Ambas partes pueden haber tenido días de tensión, pero no se debe usar ese tiempo para descargarse. Es un tiempo para disfrutar, para reconfirmar la conquista mutua cada semana, para compartir los intereses que nos unieron y para divertirse. Hablar sobre lo que haremos cuando los hijos se vayan de la casa y trabajar sobre esos proyectos nos ayudará en el momento en que esos tiempos lleguen.

5.- Apagar celulares. Hoy los teléfonos celulares han logrado inmiscuirse en las vidas de las personas como virus poderosos y agresivos. Se los escucha sonar en cines, teatros, conciertos, reuniones de todo tipo, almuerzos, entrevistas, colectivos, y en todo lugar de la casa. Pareciera que todo puede esperar, menos el sonido del celular. Pero durante la cita, debe ser una ley apagarlo o también terminará interfiriendo en la pareja.

6.- Disfrutar del cortejo. El cortejo no se limita al noviazgo. Es importante mantenerlo a través de los años de matrimonio. El trato especial del uno hacia el otro, el deseo de estar atractivo y arreglado para el compañero, el buen humor, la cortesía y el deslumbrar son aspectos fundamentales para tener en cuenta siempre, pero con más razón en la cita.

Nuestro matrimonio es una sociedad eterna, con un potencial glorioso y divino. Ningún otro proyecto o interés debe anteponerse y si bien las responsabilidades familiares, laborales y/o eclesiásticas por épocas pueden generar una carga importante, no sería sabio que les demos prioridad. Puede que en momentos nos requieran cantidades de tiempo importante pero nunca al punto de ganar lugar en nuestra escala de intereses. Una cita a la semana, si bien en horas no signifique mucho, en la relación puede ser fundamental.